TRAS UNA CAIDA

¿Qué es lo primero que hacemos tras una caída? Pues, normalmente comprobar que no nos hemos roto nada, que todos los huesos están todavía en su sitio y que podemos continuar. Muchas veces nos olvidamos o ignoramos que debemos comprobar ciertas partes de la bicicleta (al igual que hacemos con nuestro cuerpo), con lo que es posible que unos cuantos metros más adelante nos volvamos a comer otro morrazo. Para minimizar este riesgos os aconsejamos realizar la siguiente pauta:

 

1.- Comprueba que las ruedas siguen fijadas correctamente en las punteras de la horquilla y que las llantas permanecen centradas en el cuadro y horquilla girando las ruedas. Si están visiblemente descentradas o si, en el caso de frenos  de zapata, la holgura entre el freno y la llanta es de mas de un milímetro las ruedas se deben volver a centrar. Si notas fuertes variaciones  de esta holgura en los frenos en V y te ves incapaz de centrar el sistema allí mismo debes abrir un poco los frenos para que la llanta pase entre la zapatas sin frenar teniendo en cuenta que no vas a disponer de plena eficacia de frenado.

Comprueba que la ruedas está bien encajada en las punteras.

Si la rueda está doblada damos olgura al freno para que no quede frenada.

2.- Comprueba que manillar y potencia no se hayan torcido ni rajado y siguen rectos. Asegúrate de que la potencia sigue bien apretada en la horquilla intentando girar el manillar con respecto a la rueda delantera. Apóyate un momento sobre la palanca de los frenos para verificar la colocación segura del manillar en la potencia.

Debemos centrar y apretar la potencia si se ha movido.

Comprobar que manillar y potencia están alineadas.

 3.- Comprueba que la cadena sigue engranada en los platos y piñones. Si la caída ha sido sobre el lado del cambio conviene comprobar su funcionamiento levantando la bici por el sillín mientras vamos pasando de una marcha a otra en el desviador trasero. En particular, a la altura de las marchas cortas que obligan a la cadena a pasar a los piñones mayores, observa con especial atención la distancia entre el desviador trasero y los radios. Las desviaciones del desviador o de las punteras pueden hacer que el desviador trasero se enganche en los radios lo cual puede producir la ruptura del desviador o del cuadro. Comprobad el desviador delantero ya que si está torcido puede hacer saltar la cadena y dejar la rueda sin tracción.

Cambio trasero torcido

4.- Comprobar la posición del sillín mirándolo a lo largo del tubo superior  para asegurarnos de que no esté desplazado.

5.- Levantar la bici unos centímetros y hacerla rebotar en el suelo. Si se escuchan ruidos quizás haya tornillos sueltos.

6.- Termine haciendo un repaso final a toda la bici en busca de deformaciones, decoloraciones o grietas.

Cuadro abollado.

Buscamos zonas de fisura.

Monta en la bici sólo si has realizado debida y exitosamente estas pruebas y regresa a casa extremando las precauciones. Evita acelerar y frenar de manera brusca y no te pongas de pie al pedalear. Si dudas del buen funcionamiento de la bici no te expongas a arriesgar su seguridad y que te recojan.

Una vez llegado a casa es imprescindible volver a examinar la bicicleta y reparar y sustituir los componentes averiados (ojo con las piezas de carbono ya que tras una fuerza violenta sin apreciarse deformidades pueden romperse repentinamente).

Cualquier persona que salga habitualmente en bicicleta debería de suscribir un seguro de accidentes con una coberturas médicas especializadas.